De acá a Japón

Pese a todas las adversidades, esta noche ante Cerro el Boca de Guillermo llega con ventaja a buscar el pase a cuartos. El DT sabe que hay que pasar el invierno para animarse a soñar. Los pibitos de la Novena fueron la avanzada en Tokio…
Está en la cabeza de todos. Hagan una encuesta entre hinchas de Boca si dudan, a ver si encuentran a alguno con ganas de hacerse el distinto y no reconoce que lo único que le importa en el año (todos los años) es esa Copa en forma de sueño -que, además del pasaje a la gloria, es el pasaje a Japón. Hoy es un buen día: agarren a cualquiera de los más de 40.000 que harán estallar la Bombonera y pregunten. O alguno de los periodistas de campo de juego, si se atreve, que consulte a los jugadores. Hombres y mujeres. Grandes y chicos. Todos responderán lo mismo. Es que no deja de ser un sello identificatorio del club: miren a los pibes de la Novena, que ganaron un torneo en Tokio, y festejaron con una vincha simbolizando la bandera japonesa. Los jugadorcitos, de 14 años, con el mismo look que Guillermo y Tevez en el 2003.
Hablamos de Barros Schelotto. Porque el Boca que reinventó ya no puede ser desde los nombres. De su mediocampo ideal se le cayeron todos (Gago-Cubas-Lodeiro), el primer suplente (Bentancur) y el elegido (Rinaudo) que iba a llegar a hacer que se sientan menos las ausencias. Si los parches dan resultado, se recibirá de mago. De técnico de equipo grande lo hizo cuando logró que el Boca que flaqueaba en las difíciles volviera a jugar como tal.
Hablamos de Carlitos. Porque el mejor funcionamiento colectivo permitió que volviera a ser Tevez. De 9, como lo puso un tal Carlos Bianchi en sus inicios. Primero logró sacar de la agenda setting a su amigo Osvaldo y su lesión: con sus goles la falta de otro centrodelantero en el plantel se dejó de sentir. Con el rendimiento que supo pasear por Europa logró que la obsesión de la gente tome nitidez.
Cerro Porteño es el rival. Y aunque el 2-1 conseguido en el Defensores del Chaco haya aportado cierta tranquilidad, nadie se atreve a pensar que la serie está cerrada. Un poco por sabios: el equipo está resentido por las lesiones que suman gente en los consultorios de Casa Amarilla en cada semana. Otro poco por viejos: la experiencia copera indica que los duelos no terminan hasta que terminan. Lo saben Guillermo, Gustavo, el cuerpo técnico y su plantel: hay que pasar el temporal invernal para llegar con vida a semifinales. Traducción: superar la vuelta con los paraguayos y hacerle frente a Corinthians o Nacional con lo poco que tiene a disposición. “Hacerse fuertes ante las adversidades”, dijo, a modo de síntesis, el entrenador. Después, posiblemente, lleguen tres refuerzos para afrontar las fases finales de la Libertadores. Ya suenan Silvio Romero, Gustavo Gómez y el mismo Fito para incorporarse después de junio. Todos viejos conocidos de los hermanos nacidos en La Plata. Con su magia, como esos pibitos de la Novena, achican la distancia a Japón, que hasta hace poco más de dos meses parecía inalcanzable…
FUENTE: ole.com